Los anfibios como todos los vertebrados, somos seres con características comunes:
Tenemos la piel siempre húmeda por una glándula que segrega una mucosa que nos la humedece.
Somos tetrápodos, es decir, tenemos cuatro patas. Que… como podéis comprobar, unas las tenemos más grandes que otras.
Nuestra reproducción es ovípara, es decir, que nos reproducimos a través de huevos, que luego crecen y se rompen cuando están preparados para salir. Sin embargo, nuestra reproducción es especial, pues no tenemos un crecimiento común. Cuando el huevo sale, nacen los renacuajos, unos seres con una cabecita y una gran cola. A lo largo del tiempo, la cola se le encoge y las patas comienzan a salirle. Luego, la cola desaparece y las patas crecen del todo. Al mismo tiempo que le han crecido pulmones. Esa transformación se denomina metamorfosis. Los renacuajos crecen hasta formarse en ranas.
Nuestra alimentación es variada. Los renacuajos son herbívoros, y nosotras cuando ya somos ranas adultas, somos carnívoras, alimentándonos de pequeños insectos.
Nuestra temperatura es ectotérmica, es decir, que nuestra temperatura cambia respecto al medio en el que vivimos.
Nuestra respiración se realiza a través de la piel, la cual debe permanecer constantemente húmeda, motivo por el cual segregamos esa glándula que nos humedece la piel. Y a través de los pulmones.
Los renacuajos respiran por las branquias, hasta que les sale los pulmones.
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